ILUMINACIÓN

La iluminación, a la hora de utilizar la bicicleta como vehículo, es un punto fundamental para ver y ser vistos. De ahí el necesario empleo de las luces tanto de día como de noche.

Su uso generalizado en modo diurno ha llevado a los fabricantes a desarrollar sistemas de iluminación mucho más potentes que sean visibles a kilómetros en línea recta y con luz diurna.

Las soluciones son variadas, pero lo habitual es que cuenten con baterías recargables de larga duración, con diferentes sistemas de parpadeo y modulación de la intensidad lumínica para alargar la autonomía de las baterías.

En el caso de las luces traseras, algunas incluyen acelerómetros que permiten determinar la disminución de la velocidad y activar la luz a modo de luz de freno. Otras cuentan con sensores para determinar la distancia a la que se encuentra del ciclista los coches que se aproximan para advertirle del peligro.